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Poner nombre a un negocio es como hemos visto en el post anterior, la parte fundamental para construir una marca sólida y coherente. Por ello, el paso previo a elegir un nombre, debe ser la identificación de un concepto de marca.

Tras haberte hecho las tres preguntas básicas: ¿Quién?, ¿Qué? y ¿Cómo? es el momento de seguir con el proceso de búsqueda del nombre comercial para tu empresa.

1. Etapa creativa.

 

Nombrar es trabajar sobre una página en blanco, sobre algo que no existe todavía porque no tiene nombre… Comienza investigando, leyendo poesía, jugando con los nombres que van surgiendo.

Investigar el origen del nombre, de donde viene, analizando su semántica o significado y comprendiendo su sintaxis es necesario para construir una base sólida sobre la que se justificará el porqué de ese nombre y no otro.

Trabajar con las palabras requiere que estemos en contacto con ellas permanentemente durante el proceso creativo. Por eso, además de leer, es muy recomendable escribirlas y jugar con ellas, variándolas y combinándolas.

como poner nombre a tu empresa

Los verbos, por ejemplo funcionan perfectamente si queremos identificar una acción con nuestra marca o generar una idea de movimiento o dinamismo. Así como los adjetivos son muy indicados para señalar cualidades especiales que ayuden a diferenciar nuestra marca con el resto.

Un nombre con «gancho» muchas veces es evocativo. Puede evocar un sentimiento o una acción incluso. Y mediante la evocación se llega a la emoción. Un nombre con carga emocional que hace que nos sea familiar y cercano. De esta forma se retiene más fácilmente en la memoria.

«La memoria para reconocer cosas es mejor que la memoria para recordarlas. Por eso se elige antes aquello que nos es familiar o cercano que lo que no lo es.»

Principios universales de diseño.
V.V.A.A. Ed. Blume.

2. Etapa Analítica.

Principales características del nombre ideal: Sencillo, Sonoro y Diferente.

Muchas veces son obvias, pero se nos olvida que debemos de tenerlas en cuenta. La técnica es darle una puntuación a cada nombre seleccionado en cada unos de estos tres apartados. De forma que encontremos los puntos fuertes que tiene cada uno de los nombres y este ejercicio nos ayude a quedarnos con uno de la lista.

Sencillo.

El nombre tiene que ser corto y fácil de recordar.

El nombre cuanto más breve mejor, por lo tanto si se trata de una sola palabra mejor que con dos. En caso de tener que incluir dos palabras, puedes probar realizando combinaciones con sufijos.

Para el nombre de Prodinámica, creado para una empresa de Podología, usamos el prefijo «Pro» delante de la palabra «dinámica» para remarcar los valores que tiene la marca y posicionarla en el sector de la innovación en esta rama de la medicina.

Sonoro.

Los nombres que comienzan y terminan igual, tienen una ventaja y es que son muy fáciles de retener en la memoria.

Su peculiar morfología tipográfica hace que sean más fáciles de recordar, debido a su simplicidad. Ejemplos: Kodak, Ono, My gym, Ojo, Kayak, Somos, Racecar, Rossor…

Si tenemos la suerte de dar con un palíndromo, que es así como se llama a este tipo de palabras o frases, tendremos asegurado su éxito en cuanto a su sonoridad tipográfica, ya que visualmente un nombre con esta morfología, va a generar un grafismo muy interesante.

La fonética de un nombre importa, un nombre con una musicalidad sugerente y fácil de pronunciar será fácil de recordar y agradable de escuchar.

Diferente.

El nombre que finalmente sea el elegido tendrá que reflejar el alma de la empresa o proyecto. Así mismo tiene que distinguirse de los nombres ya existentes para marcar la diferencia.

Un nombre original no lo es tanto en cuanto a que sea una palabra o palabras inventadas, sino al hecho de como se usan las palabras. La combinación de palabras que puede surgir tras una sesión de «Brainstorming», sin duda nos ayudará a dibujar las ideas que estaban a medio camino o a generar nombres que nunca habríamos pensado de otro modo. No hay que olvidar comprobar si los nombres inventados son nombres con connotaciones negativas en otros idiomas.

En este sentido me gustaría poner como ejemplo el nombre de una editorial granadina que se llama Allanamiento de Mirada. El nombre no es precisamente corto, pero el juego de palabras hace que resulte interesante y llame poderosamente nuestra atención.

3. Etapa de pruebas

 

Ya estamos en la última fase, ahora ya tenemos una lista reducida con nombres interesantes. Antes de entusiasmarnos con ellos, tendremos que comprobar que los nombres finalistas no están registrados en la web de la Oficina Española de Patentes y Marcas. Igualmente y pensando en el marketing digital, comprobaremos si está el dominio disponible y los perfiles de las redes sociales que queramos activar libres, en caso de necesitarlos.

Por último, es muy buena idea testear los nombres de la lista definitiva con las personas que tenemos alrededor y que pudiesen ser parte de nuestro público objetivo: vecinos, familiares, proveedores o posibles clientes del área geográfica donde la empresa o proyecto pretende crearse.

La impresión que cause el nombre cuando es escuchado por primera vez, nos ayudará a ver como es aceptado y percibido, así como a revelarnos aquellos puntos débiles hay que reforzar.

La identidad de nuestra empresa ya está germinando, ahora solamente falta brindar por el crecimiento de nuestro proyecto.